Notte e Girno
Notte e Girno
Notte e Girno
Tania Mendoza
ADARA
Sentimientos, son una cosa extraña que no logra conservar la calma de una suave brisa, esa delicadeza de
las gotas de lluvia y esa suave melodía que proviene de las olas de mar. La armonía del choque del agua
con las rocas al atardecer es otra de las infinitas maneras de representar una emoción, una emoción que
muestra el sosiego del alma, y que es alumbrada por la blanca luz de la alta luna.
He estado en calma por mucho tiempo, he vivido todas estas noches realizando preguntas que no se
responderán. Sí, vivo en las noches porque el día representa todo el descontrol posible, euforia, ruido,
tumultos de personas, tiempos atareados, y esto, pesa…
Tengo que admitir que no poseo mucho conocimiento respecto a otros tipos de emociones, quizá varía su
intensidad, quizá es lo que provoca una persona adecuada (suspira), quizá esa persona nunca llegue.
Termino de escribir mi sentir en mi amado cuaderno de sensaciones, oprimiendo mi corazón
para poder sacar todo lo que guarda pero que insiste en ocultar, ¿miedo quizá? No sabría decirlo,
miedo a qué, a quién. Miedo… pienso en esa palabra con mucha frecuencia, temo no poder
hallarme en medio de esta inmensa oscuridad, esa oscuridad que tanto amo y que tan bien
arrulla con su silencio, esa oscuridad que me invita cada noche a reposar en un trozo de su
inmensidad, ella, que me calma con su olor, que me abriga con su frío, y que me conduce a un
estado de relajación, algo que amo.
Mis pensamientos se ven interrumpidos por Lía, mi hermana menor.—¿Otra vez en esa ventana
Ada?— Lía sabe que no debe llamarme así en presencia de otras personas, aunque nunca hay
nadie, siempre pienso que habrá alguien. —No deberías pronunciar mi nombre, podría escuchar
alguien Lía— (frunce el ceño). Por raro que suene, no debemos revelar nuestros nombres, ya que
por alguna razón cuando alguien lo dice, algo en ti cambia, esa persona estará destinada en ese
momento a compartir su vida contigo. Es por eso que cuido mi nombre, no debe saberlo
cualquiera, no podría tolerar a nadie. —Discúlpame hermana, la costumbre— menciona la
morena alta a mi lado mientras acomoda su largo cabello.
—¿Y entonces, me dirás que vienes a buscar?— Menciono mientras me acomodo para escuchar
el posible disparate que está a punto de decir mi hermana, como todo lo que dice. —Vamos a un
baile, te invitaron, me invitaron, iremos juntas, blanco y negro, accesorios, peinados ostentosos,
tacones, vestidos, maquillaje, y chicos— dice emocionada haciendo énfasis en esta última
palabra, pero lo menciona tan rápido que temo que se le acabe el oxígeno. ¡Ay no!, ¿escuché
bien?, ¿un baile?. —Lía, no iré a eso—estoy desconcertada, no tolero esos espacios y ella lo sabe,
además siempre son de día, detesto el día. Logro percibir la cara de decepción que pone, sin
embargo aunque pensé que se daría por vencido alcanzo a notar una chispa de esperanza, así
que supongo que no me lo ha dicho todo.—Sabia que dirías eso, es por eso que este baile no es
como un baile cualquiera, no solo porque vendrá el príncipe Nil, sino porque es de noche, el
primer baile nocturno en años, es por eso que todos en el reino están tan emocionados, y justo
por esa misma razón no faltarás— Declara dejándome sola, no sin antes advertirme que me
dejará todo preparado para ir.
NIL
No puedo parar de admirar la maravilla que es el reino en pleno amanecer, es uno de mis
momentos favoritos, inicia la calidez del día, su alegría, su extravagante sonido y su gente.
El amanecer indica que por fin se acabó la fría noche, la imperturbable soledad y el silencio, ese
egoísta silencio.
Considero que ninguna persona podría tan siquiera admirar esa oscura noche, la gente siempre
ama el día, no puede existir nadie tan loco, nadie excepto ella. Ella es una de las princesas
reconocidas de Zenda, y no sólo por su ingenio e intelecto, sino también porque no muchas
personas la ven, solo la logras percibir de noche, como una ninfa de un bosque, o tan
inalcanzable como lo es una diosa.
La curiosidad de conocerla me quema todo el cuerpo, tengo el alma en llamas, ardiendo, por
conocer a esa mujer que hace que cualquiera sea insuficiente para ella, pero con su sola
amabilidad puede derretir a cualquiera, y sus ojos, esos ojos tan oscuros que podría perderme en
ese abismo negro, esos ojos que con solo verlos una vez bastó para que me marcaran el pecho
con la niebla que encuentro en su mirada.
Cuando creo que puedo perderme en mis pensamientos, siempre alguien me afirma que no lo
lograré hoy tampoco —Príncipe Nil, es un placer conocerlo su alteza, permítame solicitar de su
infinita sabiduría para preguntarle… ¿De qué color quieres los manteles? Porque había pensado
en blanco, pero siento que se podrían manchar y…— Y ahí estaba, mi mejor amigo, el tan
elocuente Nick, hemos sido mejores amigos desde pequeños, y cuando mis padres murieron, los
suyos me dieron el refugio que necesitaba, así compartiendo mi título y vida junto a Nick
llegamos a este reino, Zenda.
—Negro estaría mejor— Cuando por fin me animo a contestar, noto la expresión de disgusto por
parte de Nick, los colores fuertes jamás le han gustado, pero como este baile lo organicé yo, me
dará el gusto muy a su pesar. —Eres malo, eres muy malo Nil, yo que hago todo lo posible para
que consigas pareja, y tu me sentencias a muerte con esa terrible elección de tonos— Dramatiza
mucho, pero sí, este baile es debido a que muy pronto heredaré el reino de mis difuntos padres, y
debo tener una reina con la cual gobernar.
Yo sólo espero que por fin pueda cruzar palabras con ella.
ADARA
Es el día, y mi hermana ha estado muy persistente conmigo en todo: quería un peinado muy
elaborado para mi con extensiones incluidas y opté por llevar unas leves ondas en mi corta y
negra cabellera; deseaba un maquillaje muy fuerte, y solo le permití algo como un "smoke eye";
de vestido quería que llevara algo blanco, pero me veía como una novia y no me agradaba la idea,
así que como ya me había quejado lo suficiente, me tapó los ojos y me hizo colocarme un vestido
que no vería porque estaba cubierto por una tela, no sabría que me puse hasta llegar al baile.
Al salir me siento satisfecha de que pude terminar con esta tortura, pero inicia otra aún peor, el
baile.
Minutos después llegamos a ese sitio, admito que no me disgusta la noche pero esta gente me
molesta en cualquier situación, solo dañan mi paz, dañan mi espacio.
Le dije a Lía que no me quedaría a ver a un príncipe que ni conozco, no vale la pena, y
honestamente estaba muy ahogada de tantas personas y tanto ruido. Así qué vague por los
pasillos del castillo, hasta que encontré una habitación con un ventanal gigante, ese ventanal
tenía la altura perfecta y la inclinación perfecta para poder apreciar esta magnífica noche.
Enamorarse, es una fase por la que todos debemos pasar pero, ¿y si yo no lo hago?, qué pasa si decido no
entregarle mi corazón a alguien que pueda romperlo,
a ese alguien a quien le otorgaré un poder para
destruirme con su sola presencia, con su tacto, con sus
gestos, con su ser. La idea de
pertenecer con alguien no
me es del todo indiferente, pero ¿Quién podría encontrar la belleza en algo que está quieto? En algo que no
se inmuta, que no cambia, que sólo fluye, que respira y
que permanece en calma, en este algo, aquel que
todas las noches le pregunta su fiel consejera si su
razón de vivir es solo admirarla,
si su ser no es más que
vivir con su paz, si hay algo más
en lo que destaque y
que la haga cambiar su quietud.
La belleza de la oscuridad no es para todo mundo,
no soy para cualquier ser, no podría encajar con
alguien
sin comprender que en mi eterna admiración la soledad
es mi compañera fiel. ¿El romance dónde
queda?
Queda en un "quisiera" queda en un "tal vez",
la idea
hace ruido y suena, pero jamás será un "es".
Justo cuando estaba terminando mi escritura bajo esa
majestuosa inmensidad, algo en mi me dijo que debía
voltear, se perturbó mi paz y ahora solo ante mi tenía a
un hombre, alguien totalmente opuesto a mi, lo noté
en cuanto su cuerpo y su aura amarilla me cegó la vista,
sentía que esto no resultaría bien.
NIL
Estoy tan aburrido en esto, no sé ni por qué acepté hacer esto, a mi lado Nick está disfrutando de
la fiesta y las doncellas, sin embargo no encuentro a la doncella que despierta mi interés, sentía
que iba a decepcionarme hasta que allí apareció ella, inmediatamente el foco se centró en su
entrada, majestuosa como una diosa, tan intocable como la Luna, tan fría como la misma agua, y
tan alejada a mi calor. Era ella, una dama con un vestido tan azul como el mar mismo, pero tan
opaco como esa oscuridad que la alumbraba, su rostro se iluminaba por esa luz de la luna a la
que tanto admira y su mirada, era tan nublada como la perdición misma.
—Bueno, bueno, pero quien es esa mujer, qué manera de entrar a un salón— El rubio a mi lado
también notó la elegancia con la que ella se paseaba entre la gente, mirando a todos pero sin
nadie en sus ojos, no le interesaban por lo que pude notar, lo confirmé cuando lo dijo algo a su
hermana y escapó de la gente. Prometo que intenté quedarme en mi sitio, pues este baile es en
mi honor, pero su sola presencia me invitaba a seguirla como un loco detrás de un tesoro.
Ella no me prestó la mínima atención, pues mantuve mi distancia hasta que llegó a esa
habitación, mi favorita, en la que todas las mañanas me quedaba embelesado, esa habitación
tenía el ventanal más grande de todo el castillo, la altura perfecta y la imagen perfecta. En esa
habitación no entraba nadie, pero por alguna razón ella entró, en esa oscuridad.
Cuando la vi, admiré ese hermosísimo paisaje nocturno, con una blanca luna en el fondo, y con
su vestido, ella era magnífica. De repente sacó un cuaderno, y se sentó a escribir, me despertó
aún más mi curiosidad y no pude evitar contemplarla, sola ahí luciendo perfecta, como lo que
era una maravilla. Hasta que notó mi presencia y sus ojos oscuros se encontraron con los míos.
—Que bonita está la noche, es una excelente vista la que puedo contemplar, y una maravilla la chica que observa por lo que noto— Estaba muy nervioso por eso, lo entendía, ella provocaba eso.
Además, sólo me observaba, como intentando ver a través de mi, algo intimidante.
—Adulador
por lo que oigo— Su hermosa voz por fin hizo presencia en la habitación, y su seca frase sólo me
confirmó lo que ya sabía, necesitaba conocerla. —Es usted quien provoca que estas palabras
surjan, su sola presencia y porte me ponen en algo de desventaja, lamento si mi comportamiento
no es el debido, estoy algo nervioso debo confesarle— su mirada se intensificó y empezó a
caminar en mi dirección, no sé acercaba lo suficiente, pero para mí tenerla centímetros más
cerca era una ganancia inmensa. —Le confieso que usted me genera un poco de interés, lo cual
es muy confuso, ¿Qué pretende?, ¿Quién es usted?— Admito qué sus labios se veían tan suaves
como esas nubes que tanto admiraba, provocativos a mí parecer, pero lejanos como esa luna que
tanto ve. —Mi intención es sólo conocer a la mujer que tanto interés me despierta, a la dueña de
los ojos con un caos inmenso—.
ADARA
Ese hombre del cual no conocía ni su nombre, ese hombre con su corazón en llamas me llamaba,
me invitaba a acercarme, me pedía que lo mirara, era como si me atrajera hacia él con un calor
que quemaba todo a su paso.
—Déjeme decirle Señor…— esperaba que me dijera su nombre, pues no tenía ni idea de quién
era.
—Salvatore, Nil Salvatore— (respondió), me suena su nombre de algo, ¡Ay!, ¿no es él el príncipe que
acaba de llegar? —Señor Salvatore, le confieso que usted también despierta un poco de mi
interés, sin embargo le pido disculpas porque sé no durará mucho— intento ser fría, como
siempre, con todos los que se acercan a mi pero él, su calor no me quema, es intenso, pero no me
ahoga. Noto algo de diversión y admiración hacia mis palabras y no esperaba su respuesta.
—Señorita Luna, disculpe que le diga así, supongo que su nombre no lo pronunciaré, permítame
acompañarla en esta noche—.
Así, durante un largo tiempo entablamos una conversación afable, tenía muchas cosas que
contar, con ese respeto y autoridad que le desbordaban, con capacidad de escuchar y de
asombrarse por lo diferente que era de mi. Esa noche, se quedó a mi lado y pude contemplar el
silencio que tanto amaba, junto a alguien que aprendía a hacerlo porque yo estaba.
Como recompensa, me quedé hasta el Alba, pues resulta que así como yo admiraba la noche, él
era amante del día.
Sentí algo raro pero lindo al ver el brillo de sus ojos al apreciar esa luz que tanto le fascinaba, me
pregunto si es así como me veo yo cuando observo la noche.
NIL
Tener esa conversación con ella solo hizo que me encantara aún más, y esa noche, esa magnífica
noche fue sólo el inicio de una linda cercanía entre ella y yo, cada noche siguiente nos
encontrábamos en un punto medio del reino, uno donde la naturaleza premia, un lugar donde no
tenemos que preocuparnos de la gente, en ese lugar conversábamos, la veía escribir, ella me
escuchaba, la contemplaba y ella a mi, y aunque no quería admitirlo, mi corazón se estaba
enamorando de su oscura mirada.
—Muy bien señorita Luna, es usted muy ocurrente, aunque muy tranquila para ser dueña de esa
mente que viaja tanto— le dije con mi mirada puesta en ella esperando contemplar su reacción.
Una hermosa sonrisa recibí a cambio, sonrisa que cada vez amaba más ver —Pues usted es una
persona muy extrovertida, quien lo conociera diría que no existe calma en su atareada vida—. Le
dió en el blanco, no sólo era bonita, era inteligente y muy observadora.
—Le comento señorita Luna que usted me acaba de identificar totalmente. Confieso con mucha
pena que no sé lo que es la paz, y admiro mucho su capacidad de estar calmada, me siento un
poco en paz en su presencia, sin usted no se como encontrarme con ella—. Sabía que necesitaba
contarle lo que me provocaba, pero no era necesario decirlo con palabras, era muy buena
infiriendo y lo noté aún más con su reacción. —Lamento mucho oír eso, es una pena que usted
no conozca lo que es la paz, pues yo no conozco lo que es la euforia, y usted tiene mucho de ella,
sin embargo, le confieso que tengo algo de miedo respecto a la intensidad de sus emociones, no
sé reconocer las mías, pero pueden ser similares—. El tono rojizo que tomaron sus mejillas fue
la mejor de las vistas contando conque a su espalda se asomaba el alba, ha sido la mejor vista del
mundo. —Bueno señorita Luna, un placer compartir nuevamente esta velada a su lado, pero…—
me interrumpió.
Estaba a nada de despedirme cuando por fin, pasó algo que no esperaba…
ADARA
Ese sol, esa incansable alegría que encuentra armonía en su desorden, ese ser que alumbra todo en
cuanto pasa y que a su paso deja ruido, un ruido que sin conocerlo es atosigante, pero cuando indagas
se
convierte en una mezcla de sonidos que me gustan, tocan una canción que no había escuchado antes, una canción que reconozco en cuanto empieza la primera nota.
No pensé hallar calma en esa extravagancia, esa clase de paz que él me brinda, una calma diferente a la
que estaba acostumbrada, me siento como una novata aprendiendo a vivir en la luz, su luz.
Es posible que siga dormida, pues un sueño sería si es realidad, sin embargo para ponerle sello fijo,
necesito decirle mi nombre y despertar. Necesito embriagarme por siempre en su canto, necesito sentir su calor en el inicio de esa maravillosa luz
que trae consigo, necesito que esta sensación no acabe porque quiero conocerla completamente, quiero
ser ambiciosa por primera vez, quiero amar a ese ser de llamas, ese ser que enciende mi corazón en
cuanto la luz de sus cálidos ojos se cruzan con los míos.
Esto es solo el comienzo de una historia, una historia que combina la diferencia de emociones, los
sentimientos no son tan malos como creía, enamorarme ahora está en mis aspiraciones, mi libro tendrá
aún más escritos, con la intriga, la duda y el conocimiento, necesito opacar los susurros y quiero hacerlo
a su lado.
—Adara, mi nombre es Adara Marino, con mi nombre te entrego la capacidad de destruirme
totalmente, pero también te entrego la misma opción de ser feliz a mi lado, la opción se
compartir esta vida tan efímera junto a mi, seguir aprendiendo y seguir cruzando tu luz y mi
oscuridad, confío en tu luz, y espero que te ahogues en mi oscuridad. Por favor te ruego que
digas mi nombre y me salves de este vacío, di mi nombre y cura mi alma y permítete curar la
tuya, seamos eternos juntos, cómo el agua y el fuego, cómo el Sol y la Luna—.
NIL
Me dijo su nombre, no puedo creer que al fin conozco el nombre de esa Diosa Lunar que tantas
veces me ha atrapado en su ruidoso silencio, conozco a la mujer por la que tanto he esperado, y
esa mujer es la que ahora me está dando un poder que nadie posee, debo admitir que mi parte
egoísta ama la idea de que sea solo mía, pero mi parte realista no puede con la idea de que sea
mejor que ella, ella es una ilusión, yo solo un humilde servidor que admira su belleza pura, ella
es la encarnación misma de la dulzura, la pureza, la fuerza, la intensidad y la oscuridad. Es justo
ese poder que transmite que me cautiva, y pensar que seré yo el que pueda admirarla totalmente,
me llena de satisfacción y orgullo.
—Adara Marino, desde hoy con su nombre en mis labios, proclamo que soy su esclavo, que todo
lo que tengo le pertenece, mi corazón, alma y cuerpo es suyo, que soy solo un simple fiel que le
reza a una Diosa, mi Diosa Lunar. Permítame prometerle que a mi lado usted será la mujer más
feliz del mundo, porque yo lo seré al suyo, y es justo por ese motivo que no hay razón mejor para
compartir mi infinita lealtad a usted— Admito que estoy tan nervioso por esta nueva aventura,
una aventura qué sólo inicia en un vaivén de emociones, pero sé que si ella me lo pide podría
morir por cualquier capricho qué desee su flamante corazón, podría derretirme con su mirada.
Su oscuro abismo me tienta a acercarme a el y caer en toda la profundidad que me ofrezca, morir
en él sería el mayor privilegio y mi mayor placer.
Fin, por ahora.
SOY LAGRIMASSSSSSSSSSSSSSSSSS, Q LINDOOOOOOOOO, SIGUE ESCRIBIENDO BONITA, MUESTRALE TU TALENTO AL MUNDO<3
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